Sacando la Leche a un Amigo

No puedo decir que me guste y tampoco que me disguste ya que depende de muchas cosas, pero a veces se me ordena que saque la leche a algún hombre que ni siquiera conocía anteriormente, solo llegan y me dicen que está muy lleno y tengo que descargarle, o algo parecido. En esos casos siempre lo hago con mi boca y sin parar hasta que se descarga y termino tragándome su leche y sacando brillo a su verga hasta que quede bien limpia y al gusto de mis machos dominantes.

Multieyaculacion Casera

Conseguiste que hiciera lo que tu querías, masturbarme para ti mientras me decías las cosas más sucias y pervertidas que pasaban por tu menta y al yo escucharlas no podía dejar de excitarme más y más y correrme una y otra vez, mientras me insultabas, me humillabas y me decías esas cosas que en otro contexto no serían aceptadas. Soy tuya, te pertenezco y soy presa de tus más sucios y perversos deseos.

Manoseada en el Coche por Eventuales Desconocidos

Uno de los placeres que se me proporcionan en mi condición de sumisa es la de ser llevada al campo en coche y ser manoseada por desconocidos. Para mo es un goce inmenso el que siento y solamente me dejo hacer que me toquen todo lo que quieran y todos los hombres que se acerquen, entre ellos se organizan para meterme mano, para follarme con sus dedos por ambos agujeros mientras me corro de gusto una y otra vez. Qué gusto me da esta práctica cuando me llevan a realizarla.

El Tratamiento de Perra

Ser tratada como a una perra. Que me den de comer y de beber en un plato de perros y comer en el suelo sin utilizar las manos. Cuando me ponen un collar y cadena y me hacen pasear a cuatros patas. Lamer los pies y si me porto bien, que me dejen frotarme el coño en su pierna hasta que me corra como una puta perra; es uno de los juegos que más me excitan y más caliente me ponen.

Cena en el Restaurante del Turco

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Sin Bragas por la Calle

Ir sin bragas por la calle es una de mis obligaciones como sumisa. El motivo es que mi olor pueda ser percibido por cualquier macho y así darse cuenta que estoy disponible y accesible en cualquier momento y lugar.

Exhibida en el Poligono Industrial

Dentro de mi adiestramiento como sumisa, una de mis obligaciones es la de exhibirme desnuda o semidesnuda por sitios apartados como polígonos industriales, donde puedan verme y, sin ningún miramiento ni preámbulo, acosarme, tocarme y correrse encima de mí.
Me pueden someter y obligar a hacerles una paja para que se desahogue todo aquel que lo desee o lo pueda necesitar, con mis manos hasta que se corran.
Otros prefieren hacerse ellos mismos la paja mientras me miran medio desnuda y terminan corriéndose en mi culo, o en mi cara, y también donde les apetece.

Mis Gustos

ya sé que puede parecer extraño que tenga este tipo de aficiones, pero me gusta sentirme deseada por los hombres y me gusta enseñar mi cuerpo porque creo que es hermoso y digno de ser admirado y deseado. Además, y como dice ese dicho: lo que han de comer los humanos que no se lo coman los gusanos, o algo así xD.

Soy una Perra Sumisa

Desde siempre me han dicho que era muy obediente, con el pasar del tiempo me di cuenta que esa obediencia se convertía en una sumisión que me excitaba y me llenaba de placer cada vez que conseguía satisfacerla. Hoy en día la busco y me hace sentir en plenitud porque así es como realmente soy y sé qué es lo que quiero.

Mi Presentacion

Soy una mujer sumisa, pero eso no significa que sea una mujer de usar y tirar. Me gusta que me chupen y me hagan correrme con su lengua enterrada en mi vagina, lo siento pero soy una mujer muy sexual.

Me gusta el sexo sin prisas y sobre todo con morbo, con mucho morbo; por eso me entrego completamente en los juegos de sumisión y de dominación.

Me gusta que me aten, que me sometan mental y físicamente, que me azoten si no cumplo los requisitos, que me traten como una perra y que me insulten de la forma más humillante. Pero todo esto hay que ganarlo, no lo entrego al primero que llega.

El hombre que sea mi amo tiene que someterme realmente, con sus palabras, con sus gestos, con sus actos y, sobre todo, ganarse el respeto… el mío, por supuesto. No puedo decir lo que me gusta, porque es mi amo quien tiene que ofrecérmelo, pero si me ha gustado su entrada, aunque no lo esperaba, la verdad… puedo seguir alimentando su vicio?

Caliente en la Playa

Era una de esas tardes de verano de tanto calor que por dentro sentía que me hervían los jugos más profundos de mi intimidad. Estar en la playa no ayuda sino a excitarme aun más viendo cuerpos hermosos dorados por el sol, y aunque otros no lo eran tanto, unos suplantaban a los otros. La brisa marina no solo no me calmaba sino que me excitaba aun más, mientras abría las piernas para dejar que me refrescara por dentro.
Estuve así por un tiempo pero ya no podía más, además tenía también otras necesidades fisiológicas que tendría que calmar y la playa estaba en un paraje bastante apartado de cualquier chiringuito o establecimiento parecido donde pudiera aliviarme.
Afortunadamente, la playa virgen tenía dunas y lugares muy discretos donde cualquiera podría pasar completamente desapercibido. Sin pensarlo más, agarré mis cosas y me dirigí hacia los matorrales, despacio y sin querer llamar demasiado la atención me adentre en los matorrales.
Una vez allí, y después de aliviar mi necesidad más imperiosa, no lo pude resistir y me entraron unas ganar enormes de hacerme la paja para aliviar un poco la calentura que me estaba atormentando. Pensado y hecho, extendí mi toalla, me quité el bikini y allí mismo empecé a darme placer, sin caer en la cuenta que varios tíos estaban pendientes de mi desde hacía un buen rato. Yo no me di cuenta hasta que estaba a punto de alcanzar el climax que fueron entrando donde yo estaba también a su vez con sus pollas en la mano, masturbándose mientras me miraban.
La cosa no pudo terminar mejor pues terminé bien satisfecha aquella calurosa tarde de verano junto al mar.

Fantasia en un Cine Porno

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